Refitolero

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lunes, 6 de mayo de 2019

Mirada estética, crítica y afectiva de un curso de neuroeducación


Un momento de reflexión siempre es necesario para sintetizar y expresar emociones. He tratado de plasmar en esta imagen mis reflexiones sobre mi práctica pedagógica diaria.

Mirada estética. Para mí es una imagen especialmente bella porque refleja lo que quiero que ocurra en mis clases. Alumnos trabajando juntos, en armonía, con confianza, buen trato entre ellos y con compromiso por la tarea de propio aprendizaje. Utilizando medios del siglo XXI y con la ayuda y dirección de su profesor. Con evaluaciones justas. Y con un enfoque "holístico" y menos académico. Se parte del convencimiento de que todo lo importante y relevante sucede (o debe suceder) en el aula.

Mirada crítica. Me cuesta a veces explicar a familias y a algunos colegas que se pueden introducir y evaluar aspectos que se salen de lo puramente cognitivo. Nos queda un largo camino para que haya padres que descubran que es bueno para sus hijos crecer en aspectos emocionales y sociales aunque en su infancia estos no se tuvieron en cuenta (eran otros tiempos)

Mirada afectiva. La educación es un acto de amor que nace de un compromiso: hacer todo lo que de uno dependa para hacer la mejor clase posible. Y para ello es necesario seguir creciendo como maestro y como persona. Formarse ya que nadie puede dar lo que no tiene.

sábado, 4 de mayo de 2019

10 acciones que se pueden hacer para mejorar el ambiente y el aprendizaje en el aula.


En esta entrada propongo algunas "recetas" que la experiencia de muchos años me ha enseñando para mejorar el ambiente en el aula. Creo que es pertinente señalar una reflexión que hice anteriormente  en el sentido de que en los cursos donde trabajo, que son 1º y 2º de ESO, el alumno estudia y aprende la asignatura no en función de la propia asignatura sino de lo bien o mal que "le cae" el profesor que la imparte. Por lo tanto si quieres que aprendan lo mejor es crear un buen ambiente en clase.

1.- Saludar al entrar y despedirse al salir. Lo valoran mucho y cuesta muy poco desearles que pasen un buen día o un buen fin de semana.

2.- Aprenderse los nombres de todos y llamarlos por su nombre. Procuro saberme los nombres de todos la primera semana. Cuando al principio de curso pronto ya les llamas por su nombre les llama mucho la atención y les das un mensaje de que les importas.

3.- Vocabulario positivo: palabras amables. Se puede decir lo mismo de muchas maneras. Suelen llegar mejor los mensajes positivos y se evita que el alumno se ponga a la defensiva.

4.- Escuchar activamente, tomándose tiempo y sin juzgar. Es mejor dejar que el alumno termine de hablar y desarrolle completamente su razonamiento que extraer conclusiones precipitadas. Si no se dispone de tiempo suficiente es mejor diferir la conversación para otro momento. Lo mismo cuando el alumno o el profesor estén enfadados.

5.- Preguntarles para verificar que todo va bien. En mi caso empleo diarios de aprendizaje o memorias de reflexión al final de cada tema. El alumno contesta privadamente y por escrito.

6.- Mirar al alumno a los ojos. Mirar a todos. Cuidar la comunicación no verbal. Procurar también cuidar el aspecto. Los alumnos no tienen en cuenta si eres viejo o joven, hombre o mujer pero si ven mal un profesor sucio o desaliñado.

7.- Llevar materiales para prestar pequeñas ayudas. Siempre suelo llevar tres o cuatro bolígrafos, dos gomas y dos paquetes de pañuelos de papel. Los alumnos valoran mucho que, cuando lo necesitan, el profesor les de un pañuelo de papel, por ejemplo.

8.- Comunicar previamente y con claridad qué se espera de ellos para aprobar. Para esto es ideal utilizar rúbricas de evaluación que estén visibles en la cartelera del aula. Cuando se presenta un tema dedicar tiempo a explicar los apartados e indicadores de la rúbrica para que sepan en todo momento a qué atenerse.

9.- Darles seguridad dándoles a conocer el itinerario de la evaluación. A los alumnos les gustan las sorpresas pero mucho más las certezas. Es bueno sorprenderlos de vez en cuando pero al comienzo de la evaluación es mejor contarles qué temas vamos a dar, qué tareas o proyectos se van a realizar, cuándo más o menos van a ser los exámenes, si los hay... Una herramienta muy buena es un paisaje de aprendizaje.

10.- Dar la posibilidad de resolver dudas online. Corregirles privadamente. Hay alumnos muy tímidos y sencillamente, en clase, en público, no preguntan. No es que no tengan dudas sino que no las manifiestan. En mi caso, tenemos un servicio de mensajería interna a través de la plataforma que usan este tipo de alumnos. Otra buena práctica es corregir comportamientos o actitudes privadamente. Hacerlo en público puede ocasionar que el alumno se ponga a la defensiva y no de su brazo a torcer
para mantener su "prestigio social" ante sus compañeros. Suelen ser más receptivos y razonables en privado.